En IsaíTriunfador 53:5 se nos revela que «Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados».
Por otra parte, a la bombilla del evangelio del buen samaritano y del pleito final, Jesús nos enseña que, en el aplicación mesiánico del Reino de Dios, el mundo del sufrimiento tiene otra finalidad renta: invocar al mundo del apego. Se esconde un intriga de valiosísima dignidad en el que sufre y en el que se le acerca. Ahí se descubre en plena desnudez y despojo que cada hombre vale no por las cosas que tiene, sino por lo que es, porque es inmensamente amado por Dios.
El sufrimiento de Jesús nos beneficia espiritualmente de varias maneras. Primero, su sacrificio en la cruz nos muestra el apego incondicional de Dios alrededor de nosotros, lo cual nos ayuda a comprender y sufrir su Gracejo y perdón. Segundo, su sufrimiento nos da un ejemplo de cómo contraponer las pruebas y dificultades de la vida con Seguridad y confianza en Dios.
La obediencia y amistad a Dios en medio de la persecución es una enseñanza crucial que encontramos en Mateo 10:28-33. Jesús nos recuerda que es más valioso ser noble a Él incluso si esto significa expirar y que Dios cuida cada detalle de nuestra vida.
La Biblia nos enseña que Jesús morapio al mundo para cancelar a la humanidad de sus pecados. Su sufrimiento y homicidio en la cruz fueron necesarios para cumplir este propósito.
Este versículo es un recordatorio de la importancia de tener confianza en Dios y estar seguros de nuestro valor y dignidad como hijos de Dios.
A estos Dios se propuso alcanzar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este enigma entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. (Colosenses 1:27)
Ahora acertadamente, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Ser astuto no significa ser manipulador o deshonesto; sino tener sentido popular y aprender cómo defenderse física y espiritualmente en un mundo hostil.
La importancia de cada detalle en nuestras vidas es crucial para comprender cómo debemos carear el sufrimiento y la persecución que podríamos padecer al predicar el evangelio. Jesús nos da un ejemplo consumado al vencer en la cruz por nuestros pecados, mostrando que Él tenía confianza en su Padre celestial y estaba seguro de su valía como Hijo de Dios.
Es importante tener en mente que el odio y la hostilidad no son castigos de Dios, sino simplemente productos del pecado humano. El mundo no siempre estará de acuerdo con nosotros y nuestra fe, pero esto no significa more info que hemos hecho algo malo.
Somos testigos del amor y el sacrificio de Cristo en la cruz, y nuestra delegación es compartir este mensaje con todos aquellos que están buscando esperanza y redención.
En el volumen de Job, como vemos en los capítulos 1 y 2, Satanás se aparece entre los ángeles a Dios, para decirle que Job le es fiel porque le da los mejores fondos, y porque tiene la mejor mujer y los mejores hijos de todo Israel.
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